Osteopatía: qué es, aplicaciones y beneficios.
La Osteopatía fue descubierta a finales del siglo XIX en Estados Unidos por un médico y cirujano llamado Andrew Taylor Still. Fue el primero en descubrir las correlaciones que existen entre el músculo-esquelético y el resto de sistemas orgánicos, además de la importancia de la movilidad de estos sistemas y la salud del hombre.
Still basaba su teoría en que quizá el elemento más crucial para el buen funcionamiento del cuerpo sea la “fascia”, un tejido que sostiene todos los elementos del cuerpo (huesos, articulaciones, vísceras, glándulas, vasos, nervios). Cuando este tejido impide la circulación de los fluidos (sangre, linfa, líquido cefalorraquídeo), las células se encuentran con problemas para recibir las sustancias necesarias para vivir y cumplir sus funciones.
Tiene abundantes beneficios, quizá el más interesante sea que es una técnica poco invasiva, no es dolorosa ni es necesario el consumo de fármacos. Además, mejora el estado general del paciente, previniendo otras patologías: se centra en devolver el equilibrio al cuerpo.
¿Qué es la osteopatía?
Esta medicina alternativa se encuentra dentro de las disciplinas fisioterapéuticas: serie de técnicas manuales y tratamientos no invasivos como alternativa a los problemas y dolencias de la salud, evitando así la aplicación de fármacos para su tratamiento.
Es imprescindible la utilización de las manos como herramienta.
La osteopatía busca el origen del problema y no se centra tan solo en tratar los síntomas, buscando así la recuperación del equilibrio orgánico general, más que el alivio del foco del dolor.
Se basa en 3 principios fundamentales:
- La ley de la arteria. La enfermedad no podrá desarrollarse si el sistema de circulación funciona con normalidad, ya que en nuestra sangre viajan todos los elementos cruciales para garantizar la inmunidad natural y la lucha contra las enfermedades.
- La estructura gobierna la función. Es el propio movimiento el que permite a los líquidos que bañan las células y los tejidos ser renovados.
- La unidad del cuerpo. La osteopatía tiene una visión holística: se cree que las enfermedades provienen de la pérdida del equilibrio entre cuerpo y mente. Hay que entender al cuerpo como una unidad, y no como un conjunto independiente de órganos y estructuras. Le dan una especial importancia a la columna vertebral, como pilar de nuestra armadura.
¿Para qué sirve la osteopatía?
Principalmente, trata las afecciones músculo-esqueléticas más comunes: lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias, esguinces cervicales y de tobillo, mialgias, tendinitis, artritis… También tiene bueno resultados en pediatría, tanto en neonatos como en infantes.
Principales beneficios de la osteopatía
Podríamos resumir los beneficios en los siguientes:
- Tiene buenos resultados a corto plazo
- Es poco invasivo, no es doloroso
- No requiere el consumo de fármacos
- Previene otras patologías
- Mejora la estabilidad y el equilibrio, reduciendo la probabilidad de sufrir lesiones
- Mejora el estado general del paciente y, por tanto, su calidad de vida
- Buena para pacientes que hayan sido sometidos a otros tratamientos sin resultados
Tipos de osteopatía
- Estructural: está enfocada a tratar el aparato músculo-esquelético. En especial, se enfoca en retomar la movilidad, reducir el malestar y mantener la elasticidad. Es conveniente para dolores musculares y óseos, trastornos respiratorios, circulatorios, hepáticos o estrés muscular. En resumen, su misión es mantener la interdependencia entre la estructura del cuerpo y su función.
- Visceral: algunas dolencias pueden tener su origen en las vísceras, así que este tipo de osteopatía se centra en examinar el movimiento y la calidad de cada una de ellas. La osteopatía visceral trabaja en eliminar la rigidez y mejorar la movilidad y motilidad visceral a la vez que ayuda a su vascularización.
- Craneal: adecuado para personas que sufran de migrañas, dolores de espalda, vértigos, estrés o molestias en la mandíbula. Utiliza técnicas suaves con el fin de restaurar y activar el proceso de autocuración del cuerpo.
Osteopatía biodinámica
La osteopatía estructural usa técnicas como la manipulación, de manera suave, precisa e indolora para el paciente. Para los tejidos blandos (músculos, tendones…) y para las articulaciones se emplean técnicas rítmicas como el stretching, bombeo, tracción, movilización articular y técnicas miofasciales.
Osteopatía integral
La osteopatía integral trata al ser humano como un todo, de manera global, restaurando el equilibrio perturbado por medio de técnicas manuales, sea este del sistema músculo-esquelético, visceral o craneal.
Este tipo de osteopatía se basa en el dominio de cómo intervienen los diferentes tejidos en el desarrollo de la enfermedad y en el uso de técnicas para restaurar las funciones alteradas.
Osteopatía médica
Como contábamos al principio del post, en algunos países, la osteopatía es un tipo de medicina. Estos doctores están debidamente capacitados y autorizados.
Un médico osteópata estudia la misma carrera de Medicina que un médico convencional. La mayoría se especializa en traumatología, pero también en cirugía cardiovascular o neurología, e incluso en psiquiatría o geriatría.
Lo que les diferencia de estos es su visión holística de la persona.
Osteopatía metabólica
La osteopatía metabólica es una enfermedad que produce reducciones difusas o aumentos en la densidad ósea que afectan a este tejido. Es producida por una alteración del metabolismo de calcio y del fósforo. Es habitual que aparezca en personas a partir de 50 años, principalmente en hombres. Lo peligroso de este tipo de osteopatía suele ser el riesgo de fracturas, por lo que los expertos dirigen el tratamiento en torno a la prevención de dichas fracturas.
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